En el complejo panorama socio ambiental que enfrentamos es esencial contar con agentes de cambio capaces de desarrollar soluciones innovadoras. Esto implica conectar elementos que antes no se habían vinculado, atreviéndose a experimentar, fallar rápidamente, aprender e iterar en procesos de co-creación donde las personas directamente afectadas por los problemas sean parte integral de las soluciones. La innovación social, definida por Stanford Graduate School of Business como "una solución novedosa a un problema social que es más efectiva, eficiente, sostenible o justa que las soluciones existentes", ofrece un camino prometedor hacia un impacto positivo y duradero.
Los innovadores sociales estamos presentes en diversos sectores: organizaciones sin fines de lucro, servicios públicos, empresas y colectivos. Cada uno desde nuestra trinchera contribuimos al cambio, y las empresas, en particular, tienen un papel crucial en esta transformación.
Hay retos en el sector empresarial para incrementar su participación y contribución a la innovación social:
1. Falta de conocimiento:
Muchas empresas no conocen el concepto de innovación social y sus beneficios potenciales para sus grupos de interés y cómo este tipo de iniciativas pueden generar valor tanto social como económico.
2. Resistencia al cambio y visión de corto plazo:
Las estructuras corporativas tradicionales pueden ser rígidas y resistentes a las innovaciones que alteran los modos convencionales. Implementar proyectos de innovación social a menudo requiere un cambio cultural dentro de la organización, visión de largo plazo y la disposición a apoyar experimentos de los cuales no se tiene garantía del resultado y que son necesarios para innovar.
3. Recursos limitados:
A pesar de la buena voluntad, muchas empresas enfrentan limitaciones de recursos, tanto financieros como humanos, para invertir en proyectos de innovación social. Además, las pequeñas y medianas empresas pueden encontrar particularmente desafiante asignar fondos y tiempo a iniciativas que no prometen retornos financieros inmediatos.
4. Falta de colaboración:
La innovación social requiere de colaboración entre diversos actores: empresas, gobiernos, ONGs y comunidades. La falta de redes y plataformas de colaboración puede dificultar la implementación de soluciones integradas y sostenibles.
¿Cómo las empresas pueden impulsar la innovación social?
Las empresas pueden convertirse en motores de innovación social mediante la integración de prácticas y estrategias que no solo promueven el crecimiento económico, sino que también generen un impacto social positivo:
1. Utilizar actividades del negocio para resolver problemas sociales:
Las empresas pueden innovar desde sus cadenas de suministro, actividades comerciales, diseño de productos o servicios y reclutamiento. Un ejemplo inspirador es Greyston Bakery, que implementa una política de contratación abierta para ofrecer oportunidades de empleo a cualquier persona, sin hacer preguntas, ayudando a derribar barreras estructurales al empleo.
2. Promover el intraemprendimiento social:
Fomentar proyectos innovadores dentro de la empresa que busquen no solo beneficios económicos, sino también un impacto social positivo. Por ejemplo, Intel con su programa "Innovate for Good" permite a sus empleados trabajar en proyectos que utilizan tecnología para resolver problemas sociales, promoviendo la colaboración con ONGs y comunidades locales.
3. Impulsar a Innovadores Sociales:
Las empresas pueden proporcionar apoyo financiero y no financiero a agentes de cambio que conocen y viven las problemáticas de primera mano. Iniciativas como el Laboratorio de Innovación Social Síkuli, apoyado por Cemex e Iberdrola México, demuestran cómo las empresas pueden impulsar proyectos en etapas tempranas, ofreciendo recursos esenciales para el desarrollo de soluciones innovadoras.
¿Cómo líder, cómo puedo impulsar la innovación social?
1. Fomentar una cultura de Innovación y apertura: Promover una cultura empresarial que valore la experimentación, el aprendizaje de los fracasos y la co-creación con las comunidades locales.
2. Integrar la Innovación Social en la estrategia corporativa: Asegurarse de que los proyectos de innovación social estén alineados con la misión y los valores de la empresa, y se consideren una parte integral de la estrategia de negocio.
3. Colaborar con actores externos: Establecer alianzas estratégicas con ONGs, gobiernos y otras empresas para ampliar el impacto de las iniciativas sociales.
4. Medir y comunicar el impacto: Desarrollar métricas claras para evaluar el impacto social de las iniciativas y comunicar los resultados de manera transparente, tanto a los empleados como a los stakeholders externos.
La innovación social no solo es una tendencia emergente, sino una necesidad imperante para construir un futuro sostenible. Al adoptar estas prácticas, las empresas pueden desempeñar un papel fundamental en la creación de soluciones que beneficien a la sociedad y al planeta, demostrando que el éxito empresarial y el impacto positivo no son objetivos mutuamente excluyentes, sino complementarios.