Al reflexionar en el camino recorrido por Grupo Ruz, lo primero que viene a la mente no son solo las mochilas que acompañan a miles de niños cada ciclo escolar, los juguetes que llenan de magia los hogares ni la variedad de productos que fabricamos, sino los valores que sostienen a la organización desde sus cimientos.
Desde que fue fundada en 1991, hemos aprendido que el verdadero éxito no se encuentra únicamente en los indicadores financieros, sino en cómo nuestra empresa puede impactar las vidas que toca, las de sus colaboradores, proveedores, clientes y sus comunidades.
Uno de los pilares más importantes de Grupo Ruz es nuestra cultura basada en un propósito. Esto va más allá de un discurso solamente; es una brújula que guía cada decisión que tomamos. Como director general, puedo decir que construir una empresa consciente no debería ser solo una aspiración, sino un compromiso diario.
Hay que mirar más allá de los beneficios económicos para enfocarse en generar bienestar, fomentar una comunidad empresarial sana y, al mismo tiempo, cuidar los límites de nuestro planeta.
Un propósito que empieza dentro de casa
En Grupo Ruz hemos trabajado arduamente para que nuestros colaboradores tengan acceso a condiciones laborales que no solo cumplan con la ley. Detectamos que un aspecto tan común como el camino hacia el trabajo podría ser una fuente de estrés bastante alto para nuestros empleados, así que establecimos rutas de transporte para hacer más fácil y segura su llegada.
Igualmente, implementamos servicios de comedor con orientación nutricional y también campañas de vacunación, comprendiendo que una cultura consciente también incluye el bienestar físico y emocional de los individuos.
No es solo una cuestión de responsabilidad, sino de impacto directo en la productividad y en el compromiso de los empleados. Nuestras acciones no solo producen resultados beneficiosos en la organización, sino que también impactan en el entorno personal y familiar de nuestros empleados.
De igual manera, en el ámbito medioambiental, nos enfrentamos a retos complejos, especialmente en un país como México, que todavía tiene un camino largo por recorrer en cuanto a la aceptación de productos sustentables.
Desde nuestra empresa hemos apostado por el desarrollo de líneas fabricadas con materiales reciclados, reconociendo que cada decisión tiene el potencial de marcar una diferencia para el planeta.
Además, hemos implementado prácticas sostenibles en nuestras operaciones, como el uso de iluminación natural en nuestros centros de distribución y sistemas de recolección de agua pluvial.
El equilibrio entre la rentabilidad y el impacto positivo en el entorno no es nada sencillo, pero estamos convencidos de que este enfoque es el camino correcto, incluso en contextos donde los consumidores no siempre están dispuestos a pagar más por productos sostenibles; persistimos en nuestra misión porque creemos que la conciencia es algo que debe promoverse con el ejemplo.
Los retos de un cambio cultural
Uno de los mayores retos ha sido transmitir nuestras ideas, valores y nuestra visión a largo plazo a todos nuestros grupos de interés, desde colaboradores hasta clientes y proveedores.
Tomar este enfoque y aplicarlo requiere de mucha paciencia, esfuerzo y, sobre todo, consistencia, pero, cuando los principios se quedan en el ADN de la empresa, los resultados se vuelven invaluables.
En Grupo Ruz hemos visto cómo una cultura de valores sólidos es capaz de ayudarnos a crear una relación de confianza con nuestros proveedores y clientes, y fomenta el orgullo y el sentido de pertenencia entre nuestros colaboradores.
Este compromiso genera lo que muchos llamarían una ventaja competitiva, pero que nosotros describimos como un impacto positivo y duradero en la sociedad.
Para quienes están emprendiendo o dirigiendo empresas, mi mensaje es que no hay atajos en este camino. Ser una empresa consciente no es una moda, sino una estrategia a largo plazo que construye pilares sólidos para un futuro sostenible y equitativo.
Cuando nuestras organizaciones reflejan nuestros valores más profundos, contribuimos no solo al desarrollo económico, sino también a un mejor México y un mejor mundo.
En Grupo Ruz, hemos aprendido que una cultura consciente no solo beneficia a quienes forman parte de la empresa, sino que se extiende a las comunidades y familias que interactúan con nosotros. Esto, al final, es lo que realmente trasciende