Desde las calles de la India hasta las salas de juntas del Tecnológico de Monterrey en México, la búsqueda del poder ha sido una fuerza impulsora para los seres humanos. Recuerdo que cuando era niña, en la mesa del desayuno familiar la conversación sobre las noticias del día solía ser el centro de atención. Los temas recurrentes eran quién obtuvo el poder y quién lo perdió. Esta experiencia me hizo darme cuenta de que la vida y los negocios parecen girar en torno al poder y la lucha por alcanzarlo, a menudo, lleva a un juego turbio y competitivo.
Sin embargo, a medida que crecía, me preguntaba: ¿ésta es la única forma?, ¿hay una forma mejor de abordar el poder y el liderazgo?; ¿existe un camino hacia el liderazgo que no implique pisotear a otros o resguardar el poder como una posesión preciada?; ¿es posible encontrar un equilibrio que nos empodere a nosotros mismos y a quienes nos rodean? Esas preguntas me han acompañado a lo largo de mi vida, y las respuestas están en un concepto que encontré en mi viaje personal: Shakti.
Shakti es la fuente infinita de poder que existe dentro de todos nosotros. No es un recurso finito por el cual luchar, sino un manantial abundante al que podemos acceder y compartir. Es la posibilidad de crear realidades en que el poder no se trata de dominación, sino de colaboración, donde el liderazgo no implica control, sino empoderamiento. Nos enseña que el verdadero poder es la capacidad de impulsar un cambio positivo para todos.
La transición de “poder sobre” a “poder con” es el primer paso para encontrar equilibrio en el liderazgo. En lugar de buscar dominar a otros, poder sobre, la aspiración es negociar situaciones en las que todos ganen, poder con. Es entender que el poder no es un juego de suma cero; es un esfuerzo colaborativo para lograr objetivos comunes. Así, al aprovechar el poder colectivo de las personas, podemos lograr más y crear un ambiente de trabajo y una sociedad armoniosos. Así pasamos del “poder con” al “poder para”, sobre todo el poder para cambiar las cosas y lograr que funcionen para todos.
Para entender Shakti es fundamental reconocer su aspecto femenino y su relevancia en el liderazgo actual. En la tradición de mi país, es considerada la fuente de la creación y la vida. Encarna cualidades como la creatividad, la crianza, la compasión y la inclusión. Estas cualidades no son exclusivas de las mujeres, sino que están disponibles para todos los géneros.
Para restaurar el equilibrio, debemos apreciar y recompensar los valores y comportamientos que reflejen esa energía femenina en nuestros lugares de trabajo y en la sociedad. No es un proceso sencillo, pero les comparto algunas sugerencias prácticas para empezar a recuperar ese balance y conectar con esa fuente de energía que es vivir el Shakti:
- Abraza el paradigma Ganar-Ganar: Comprende que la única victoria real es una victoria compartida. Fomenta soluciones colaborativas que beneficien a todas las partes involucradas.
- Autoconciencia: Sé consciente de cómo tus acciones afectan a los demás. Esfuérzate por analizarte a ti mismo y adapta tu estilo de liderazgo para ser más inclusivo, respetuoso y compasivo.
- Equilibra las cualidades masculinas y femeninas: La masculinidad saludable incluye cualidades como la fuerza, el coraje y la confianza. Combínalas con las de la feminidad saludable, como la compasión, la empatía y la inclusión, para crear un enfoque de liderazgo completo. Aprender a valorar y recompensar los valores y comportamientos asociados a lo femenino es fundamental.
- Practica relaciones equitativas: Promueve la diversidad y la inclusión en tus interacciones, teniendo una mente abierta y escuchando activamente.
- Evalúa las dinámicas de poder: Pregúntate en tus conversaciones cotidianas: ¿Cómo estoy usando mi poder en este momento? ¿Estoy tratando de controlar a la otra persona con lo que digo y hago? ¿Realmente estoy haciendo un “poder con”? ¿Estoy intercambiando poder de manera positiva?
- Busca el éxito colectivo: Comprende que el verdadero interés propio radica en el éxito de todos. Cuando todos prosperan, te beneficia a ti también. Prioriza el bien común.
Shakti nos ofrece una perspectiva profunda sobre el liderazgo y el poder. Nos guía desde un mundo de competencia y dominación hacia uno de colaboración y empoderamiento. Al abrazar esos principios y restaurar el valor de lo femenino, podemos crear una sociedad más equilibrada y armoniosa en la que el liderazgo se trata de potenciar a los demás y promover un cambio positivo.
Entonces, ¿por qué limitar tu liderazgo a solo la mitad de tu poder cuando puedes aprovechar la energía transformadora e integradora de Shakti para empoderarte a ti mismo y a quienes te rodean?
Publicado originalmente: El Financiero
- Nilima Bhat, Profesora Distinguida en Género y Liderazgo Consciente de la Escuela de Negocios y de Escuela de Humanidades y Educación del Tecnológico de Monterrey.